Jerónimo - 12-11-2010 Valladolid
Voy a describir la restauración de una culata que estaba totalmente comida por la carcoma.
El motivo de que me decidiera a realizar esta reconstrucción ha sido el que perteneciera a una carabina de la que sólo tengo constancia de la existencia de tres ejemplares. Su rareza estriba en que la única impresión que lleva es: “FCA. AGUIRRE Y ARANZABAL - EIBAR (España)”.
Cuando estaba desmontando la carabina, para proceder a su restauración, la culata se partió en tres trozos:
Foto 1
El primer paso fue eliminar todos los posibles bichos que pudiera tener la culata y procedí a inyectar líquido mata carcomas por todos los agujeritos; sin prisas y con muchísima paciencia,ayudándome de una jeringuilla normal:
Foto 2
Para el líquido mata carcomas utilicé la aguja fina, la otra, más gruesa, la usé para inyectarcola blanca.
El producto mata carcomas lo venden en spray, pero se corre el riesgo de terminar rociado de líquido, pues entra por uno de los agujeros y sale por otro de los múltiples que tiene.
A continuación, con una brocha, la empapé bien con el producto mata carcomas, la envolví en plástico lo mas herméticamente que pude y la dejé reposar durante una semana que, debido a que alguien me aconsejó meterla en el congelador del frigorífico, terminó prolongándose en un invierno entero, en el pueblo, donde tengo aseguradas temperaturas alrededor de los 10 grados bajo cero durante muchos días.
Después sumergí las tres piezas en un barniz muy líquido, protector fondo lo llaman, con la idea de que al secarse compactara más la madera y no se convirtiera en serrín cada vez que la tocaba.
Con una broca que tengo preparada para desatascar cañones y reparar culatas partidas (foto 3),realicé varios taladros en la madera haciéndolos coincidir en las dos piezas grande.
Foto 3
Preparé unas varillas roscadas (se agarra mejor la masilla y los pegamentos), en una soldé una tuerca en uno de los extremos, para hacerla coincidir con el agujero trasero del guardamontes,pues estaba claro que en las condiciones que estaba no iba a aguantar un tirafondos.
Foto 4
La otra, la doblé en ángulo recto a un centímetro del extremo para que hiciera tope en la parte posterior del alojamiento de la cámara de potencia, que tenía la madera más dura.
Foto 5
Inserté las varillas en las perforaciones que había hecho, rellenando en los extremos tope con masilla epoxi y el resto con un adhesivo de montaje de los que pegan y rellenan.
Foto 6
Realicé la unión de las dos piezas con masilla epoxi, abundante, introduciéndola lo más posible entre los huecos de la madera y las varillas. Encajé las dos piezas y en los extremos de las varillas que sobresalían en la cantonera de la culata puse un tope metálico con unas tuercas de la misma rosca que las varillas. Con la misma masilla añadí el trozo del pistolet.
Foto 7
Apreté las tuercas lo suficiente para mantener la unión firme, sin romper la madera y retiré el sobrante de masilla que rebosó al juntar las piezas.
Foto 8
Corté las varillas por debajo del nivel de la cantonera y coloqué las otras varillas que servirían de armazón metálico a la culata y de soporte para reconstruir la parte que faltaba, (foto 8), con masilla epoxi-madera, moldeándola para darle la forma de la culata.
Me aconsejaron rellenar los agujeros con cola blanca de carpintero mezclada con serrín.
Nunca lo había hecho, pero como la masilla es demasiado espesa para pasar a través de la aguja hipodérmica gruesa (foto 2), y la mezcla de cola y serrín tampoco pasaba, pensé que como el serrín estaba dentro pues… procedí a inyectar cola blanca en todos los agujeros más
profundos.
Como tenía dudas de cómo se iba a comportar la cola blanca con el barniz, opté por no rellenar totalmente los agujeros, dejando un espacio que, junto con los que eran mas superficiales y faltaba algo de madera, rellené con otra masilla con la que ya conocía su comportamiento con el barniz.
Un sobresalto, la cola blanca al secarse se contrajo y se volvió transparente por lo que daba la sensación de que no había hecho nada. Parece ser que es normal.
Foto 9
Con esta masilla y una espátula rellené todos los huecos y agujeros que quedaban en la culata.
Foto 10
Una vez que estuvo todo bien seco, la lijé con lija de grano fino (esas de esponja van muy bien), la limpié e hice una primera prueba de resistencia; no se rompió, fue satisfactoria.
Por lo que pase a reconstruir los relieves y picados que tenía y que habían quedado tapados o sustituidos por las masillas donde faltaba madera.
Con una lima triangular pequeña de las que llaman de ajuste, reconstruí las ranuras de la cantonera, primero marcándolas, luego profundizando y después redondeando los lomos.
Foto 11
Después, con una regla flexible (un trozo de una sierra de metal va perfecto) y unos punzones recuperé la parte del picado que estaba destruido.
Foto 12
Terminado el picado la limpié bien, la pasé lana de acero fina (00), para mitigar las aristas de los punzones y la di unas manos de barniz tinte, color roble, pasando la lana de acero entre capa y capa.
El resultado final es el siguiente:
Foto 13
Monté la parte metálica en la culata y realicé unas pruebas de carga y disparo. Todo correcto.
Estoy seguro de que no aguantaría una sesión de tiro normal, pero es que no la va a hacer. Es una pieza de colección, va a estar expuesta en el armero y disparará algún tiro muy de tarde en tarde, sólo para demostrar que funciona.
Esta es la carabina ya montada: un detalle del disparador.
Foto 14
Esta es la única impresión que lleva esta carabina, ni número de serie ni de montaje.
Foto 15
La carabina terminada. La abrazadera es original.
Foto 16
Jerónimo - 12-11-2010 Valladolid
Otra superviviente gracias al implacable Jerónimo, siempre pertinaz e impecable en sus labores.
ResponderEliminar¡Increíble! Ese serrín con forma de culata ya no servía ni para brasas de barbacoa.
Seamos honestos. ¿A quién se le hubiera ocurrido regenerar algo así...?
Ante mi perplejidad: Una vez más te felicito Jerónimo por tu hazaña, lo mismo que a Juan Valentn por esta singular y constructiva publicación.
Saludos.